Le sacan la identidad una vez mas a nuestra tierra, a nuestras raíces aborígenes, exterminan y violan ese derecho de pertenecer, solamente por unos votos de ocasión. Negras almas que queman el tiempo dentro de una urna maldita.
Con caras de piedras el consiente maltrato avanza y una vez mas quiere la traición hacerse pasar por bendita y correcta.
Fueron espejos, baratijas y materiales sin alma los medios para la farza, hoy sometimiento, utopías y frazadas para abrigar a una injusticia tan clara como humana.
Leguas y leguas , dentro de este espacio y tiempo, donde la medicina nos prepaga una oscuridad exiliante, donde no percibe este remedio la cura, y el remolino es grande, el espiral es una milonga interminable, aparecemos como sucesos inflamables, repetimos los días como las actitudes y el aprendizaje se hace rutina irresponsable, una cuerda suelta.
Como la quema de brujas, de libros y religiones este inmundo creer de vivir un presente, periódicamente se traslada de realidades múltiples como las dimensiones que nos habitan, como un fantasma va de pieza en pieza, de cuarto en cuarto. Somos de distintas especies al querer unirnos para competir, al querer escapar de la soledad difícil ( de afrontar), para sentir el calor que nos enorgullece el rostro inmóvil.
No hablo de ser solitario, frió, autónomo y esquizofrenico, hablo de vivir con la razón e inconsciencia por costumbre y educacion, sin arreglos, leyes y alegaciones burdas que nos condiciona esta valentía , este sentir pleno.
Bajo ninguna condición, dictadura, ni anhelo de poder, solido con la solidaridad de creer el respeto mutuo de afrontar, esta falta absoluta de verdad y sentido común, a usted me dirijo, y no solo con la palabra.
Lo que mas me duele es el error de asumir esta derrota que nunca fue, esta frívola derrota de rematar el alma, a su cuenta.
